Todos conocemos personas que se desviven por su trabajo a tal grado que llegan a descuidar los demás aspectos de su vida alejándose de sus seres queridos, pero que pasa cuando el hacer tu trabajo se vuelve una adicción. Se estima que más del 20% de la población trabajadora mundial presenta adicción al trabajo.
De manera tradicional, se ha hablado de la palabra “adicción”, vinculándola en su mayor parte con el consumo repetido de una o varias sustancias psicoactivas.
Pero no son las sustancias el único ámbito en el que podemos hablar de adicción, ya que, según la Organización Mundial de la Salud, la adicción es “una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación.”
Vemos por tanto que el espectro de posibles adicciones es amplio y abarca no sólo una concepción biológica o química, si no también conductas y afectos (psicológica).
La adicción al trabajo, aunque aún no muy conocida, es una realidad, que causa numerosos problemas en las vidas de quienes la sufren.
La adicción al trabajo fue descrita por primera vez en 1968, cuando un profesor americano de religión, Oates, lo utilizó para referirse a su propio trabajo. Él mismo creó el término “workaholism”, vinculándolo así con el alcoholismo y las drogodependencias, y lo definió como una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente, que afecta a la salud, a la felicidad y a las relaciones de la persona.
Las dos características fundamentales que debemos tener en cuenta para la detección y valoración de la adicción al trabajo son las siguientes:
- Se produce cuando la actividad se convierte en una idea obsesiva, ocupando la mayor parte de la vida del trabajador.
- Habitualmente no es reconocida por el trabajador, suele ser la familia quien lo detecta, por el exceso de tiempo que el trabajo resta a la familia, y que acaba por desvincularse del adicto.
No existe una personalidad exclusiva de la persona adicta al trabajo, pero sí suelen tener algunos rasgos comunes de personalidad como la necesidad de reconocimiento social de su trabajo y/o de poder, elevado perfeccionismo y baja autoestima, gran individualidad y narcisismo.
En cuanto al propio entorno laboral influyen especialmente los problemas de asertividad en cuanto a negarse a peticiones de los jefes, la gran competitividad que existe en el mercado laboral, la falta de organización y las excesivas demandas.
La adicción al trabajo se caracteriza por la extrema actitud laboral (trabajan fuera de hora, fines de semana o en vacaciones), por la dedicación excesiva de tiempo (hay una pérdida del control sobre el tiempo empleado en el trabajo), por la compulsión y esfuerzo en el trabajo, por el desinterés hacia otras actividades fuera de lo laboral, por una implicación laboral desproporcionada, y por un deterioro de la vida cotidiana (familiar y social).
Los síntomas de la persona adicta al trabajo pueden agruparse en los tres grandes sistemas de respuesta:
- Cognitivos: ansiedad e irritabilidad, tristeza, necesidad creciente de trabajar más y dedicarle más tiempo al trabajo, preocupaciones relacionadas con el rendimiento laboral de forma persistente, intentos de suicidio.
- Fisiológicos: estrés, insomnio, dolores de cabeza, tensión muscular, disfunciones sexuales… A largo plazo estos síntomas pueden dar lugar a trastornos psicofisiológicos como la hipertensión, enfermedades gástricas, accidentes cardiovasculares y fomentar el consumo de sustancias.
- Conductuales e interpersonales: aparece una necesidad desmesurada de llevar a cabo muchas tareas, ocupando todo su tiempo en temas laborales relacionados con las mismas y con su consecuente degradación de relaciones sociales y familiares.
Es complicado que una persona que sufre adicción a algo, busque tratamiento, ya que por un lado suelen negar el problema y por otro, el no llevar a cabo su consumo, provoca un gran malestar físico, psicológico y emocional (síndrome de abstinencia).
Respecto a la adicción al trabajo, la complicación es aún mayor ya que, en la sociedad actual, el hecho de ser trabajador es considerado una virtud. Una particularidad de la adicción al trabajo que la diferencia de otras adicciones es que se alaba y recompensa a la gente por trabajar en exceso, esto casi nunca sucede con otras adicciones.
Debido al auge de esta sintomatología y del perfil de conducta adictiva en el ámbito laboral, es importante promover la sensibilización respeto al tema en la sociedad y especialmente en las empresas, así como poner énfasis en la importancia de la prevención para desarrollar respuestas alternativas y funcionales antes de que se instaure el cuadro completo.