El Síndrome de la Cabaña es un fenómeno que está relacionado con el miedo a salir a la calle tras un largo periodo en el que no se ha tenido contacto con el exterior. Este síndrome puede darse en personas encarceladas, en personas hospitalizadas durante un largo tiempo o en la situación de confinamiento actual en la que nos encontramos.
Es importante normalizar todas estas sensaciones y emociones que están apareciendo con relación a la desescalada y al momento vital en el que nos estamos encontrando. Es normal sentirnos con miedo, angustia o inseguros, dado que hay un posible riesgo al contagio y es algo que estamos aprendiendo a convivir con ello durante meses.
Sentir miedo es normal. Nuestras emociones están para avisarnos del peligro que puede haber a nuestro alrededor, por tanto, aquí está cumpliendo una función necesaria. Lo importante es gestionarlo, atender su aviso, por ejemplo, para llevar a cabo las medidas propuestas por sanidad, pero sin dejar que esta emoción nos paralice o bloquee.
¿Qué es el síndrome de la cabaña?
Para algunas volver a salir a la calle significará volver a las prisas, al estrés, al ir de un lado a otro, también significará la dificultad de conciliar y de pasar menos tiempo en familia. Para otros será una gran ilusión poder retomar de nuevo sus rutinas, poder reunirse o simplemente poder salir a dar un paseo, algo muy básico que pensábamos que jamás íbamos a dejar de tener. Además, esta situación también puede convertirse en un momento temido para otra parte de la población.
También podemos sentirnos con el síndrome de la cabaña con mayor letargia, es decir, aparece la sensación de cansancio, dificultad para levantarnos por las mañanas o sensación de no tener apetencia por realizar determinada actividad.
Otro de los síntomas del síndrome de la cabaña que puede darse es la falta de motivación con relación a las actividades que se tengan que realizar especialmente en el exterior.
También es importante tener en cuenta que este tipo de síndrome de la cabaña no es un trastorno psicológico. Si tenemos que revisar como esta nueva situación está afectando a nuestro día a día.
Puede aparecer dificultad para concentrarse, disminución de la atención y fallos de memoria.
Temor con relación a retomar las rutinas previas al confinamiento, así como a las reuniones sociales.
¿Cómo podemos afrontar la desescalada y la vuelta a la “nueva normalidad»?
Si algo podemos prever es que nuestra vida no va a ser la misma que antes de la llegada del Covid-19 al mundo. Muchas son las prevenciones que tenemos que poner en marcha antes, durante y después de salir, esto puede convertirse en algo tedioso, que unido al temor que podamos sentir (síndrome de la cabaña), nos anima a que la mejor idea es no salir de casa.
Pero, este no salir de casa, no podemos sostenerlo por mucho más tiempo. Pronto, por ejemplo, volveremos a nuestro puesto de trabajo. ¿Cómo puede ser esta situación un poco más llevadera?
- En primer lugar, es importante que te des tiempo y normalices cómo te sientes. Sentir miedo es una emoción normal acorde a lo que estamos viviendo, además cada persona tiene un ritmo de adaptación.
- Ante el miedo a salir a la calle o de tener síntomas del síndrome de la cabaña, es importante ir realizando exposiciones de manera gradual. Empezar por paseos cortos y poco a poco ir aumentando el tiempo de estos.
- Un punto importante es no excusar el no salir con la idea de “no es necesario salir, tenemos que ser responsables”.
- Hablar con alguien cercano acerca de cómo te estás encontrando con esta situación.
- Es importante no intentar controlar aquello que no podemos. En esta situación pocas cosas dependen de nosotros, si intentamos controlarlo, nos generará una gran frustración y malestar. Tomar las precauciones necesarias y suficientes, es decir, sin que se convierta en una comprobación constante. Tomar las medidas propuestas por sanidad es lo único que nosotros podemos controlar.
- Comprobar que tipo de pensamientos están apareciendo. No realizar interpretaciones alejadas de la realidad, ni anticipar. Por supuesto nos encontramos en una situación complicada, pero es importante que no realicemos juicios de valor catastrofistas mayores a la realidad.
- Es importante establecer una nueva rutina con objetivos realistas. También retomar nuestras rutinas anteriores de forma gradual.
- En caso de que los síntomas perduren un largo periodo de tiempo y nos afecte a nuestro día a día es importante ponerse en contacto con un profesional