Es común que se asocie el término “limite” con algo negativo, con golpes o con tipo de agresión. Pero por el contrario un límite tiene que ver con el borde o un final.
El limite nos sirve para saber cuándo “Es suficiente”, además de significar contención, protección, cuidado y por supuesto amor.
Los limites son sanos para los niños ya que les permite conocer lo que nos rodea y ser hábiles en nuestra sociedad, así ayudar al desarrollo emocional del niño.
Es importante saber que los límites son parte de nosotros desde que nacemos, aunque es un poco confuso cuando somos bebés, ya que al nacer los bebés no conocen ni entienden los limites.
Sin embargo, con el paso del tiempo lo vamos comprendiendo, puesto que al nacer un bebé se tiene que adaptar a los horarios de comida que se deben de ir modificando conforme a la edad y necesidades del bebé, de igual manera sucede con los horarios de dormir, de baño, posteriormente de jugar e ir a la escuela.
Todo esto puede parecer fácil , pero ¿por dónde comenzar?
Lo primero que debemos de comprender es que poner límites no se trata de gritar, amenazar o golpear.
Los limites en la infancia. Los limites no son una lucha de poder u orden jerárquico, estos son inspirados en al amor y respeto que se debe tener de hijos a padres y de padres a hijos.
Con esta base podremos adaptarnos a las nuevas normas y acuerdos que sean funcionales para la edad y necesidades de cada miembro de la familia.
Por lo regular al poner una nueva regla los niños reaccionan con berrinches o rabietas siendo esta una situación normal, lo primero es mantener la calma y esperar a que termine el pataleo, posteriormente fomentar un momento de reflexión para que el niño comprenda a que no siempre se va a poder saciar su deseo. De esta forma el niño desarrollara una correcta tolerancia a la frustración y con esto el desarrollo emocional.
Esto requiere de un trabajo constante y disciplina ya que tiene que ser aplicado día con día, para que el niño se adapte ante estos cambios.
Es importante considerar:
- Tener actitud de enseñar no de mandar
- Escuchar y reflexionar
- Para los niños nosotros somos el ejemplo a seguir
- Es importante dejar claro qué conducta es adecuada y cuál no lo es, siendo coherente y sin hacer excepciones, ya que esto los confundirá y ya no acataran dicha regla.
- Es muy importante aplicar las reglas de los juegos, tal como estos lo demanden ya que estos ayudaran a trasladar esta misma adaptación a su vida cotidiana (respetar la normativa de cada lugar.)
- Las normativas y reglas deben de ser acorde a la edad del niño.
- Es importante que el niño pueda expresar sus sentimientos, ya que al principio estos cambios le producirán enojo que con el tiempo y disciplina de la actividad se ira adaptando.
- La consecuencia de infringir alguna regla debe ser reparadora con la finalidad de que los pequeños aprendan, no castigos.
- Siempre manejándonos en un plan de respeto.
- Las reglas o normas se deben de expresar de forma clara, amable y forme. Haciendo las adecuaciones pertinentes para ser aplicadas a cada miembro de la familia.
- Lo más importante es que los limites y reglas se deben de poner a consecuencia del amor con la convicción de mejorar, ya que los pequeños son muy receptivos en nuestras intenciones y como lo mencionamos anteriormente es vital ser congruentes. Ya que los pequeños son tan receptivos que ellos se percatan de cuando algún miembro no está respetando la normativa y/o acuerdos, por lo que a él no le parece necesario hacerlo.
El cambio no es fácil, pero vale la pena hacer las adecuaciones necesarias para que los pequeños se desarrollen de una manera adecuada.