La asertividad puede ser utilizada y potenciada prácticamente en cualquiera de las facetas de nuestra vida social, adaptándola a nuestra manera de comunicarnos con cada persona o grupo, y al lugar en el que solemos interactuar con esa gente.
En este artículo vamos a poner el foco en la asertividad aplicada a las relaciones de amistad, viendo por qué es necesaria y qué podemos hacer para beneficiarnos de ella.
¿Por qué es importante la asertividad en las relaciones de amistad?
Las relaciones de amistad nos permiten establecer redes de apoyo mutuo, afecto y amor que nos aportan buena parte de lo que nos permite disfrutar de la vida, tanto en lo emocional (posibilidad de encontrar consuelo en momentos difíciles, de disfrutar de momentos de ocio irrepetibles) como en lo material (acceso a más conocimientos, a posibles puestos de trabajo, etc.).
No en vano se habla de los amigos como “la familia que se elige”, hasta el punto de que en algunos casos de personas que sufren situaciones domésticas complicadas llegan a conectar mejor con sus amistades que con los familiares.
Sin embargo, el simple hecho de tener a un grupo de personas a los que llamamos amigos no hace que de por sí estas relaciones sean perfectas, ni mucho menos. A veces, tras la fachada de una amistad pueden esconderse dinámicas totalmente tóxicas basadas en la dependencia, la humillación, etc. E incluso en casos mucho menos extremos, un vínculo de amistad puede tener sus luces y sombras. Como seres sociales somos complejos y estamos llenos de matices, y lo mismo ocurre con las relaciones que mantenemos.
Es por eso que muchas personas llegan a desarrollar problemas de asertividad ante los amigos. Algunos problemas que pueden surgir cuando esto ocurre son los siguientes ejemplos:
- Los demás asumen que pueden llegar tarde al quedar con nosotros
- Dan por sentado que pueden bromear con nuestra apariencia más allá de lo que nos hace sentirnos cómodos.
- Hablan entre ellos en un idioma que no comprendemos aunque les digamos que nos gustaría entender la conversación y participar en ella.
- Asumen que pueden entrar a nuestra casa de visita cuando quieran.
En situaciones así, puede ser incluso que el término “amistad” sea usado como coartada moral para intentar que todo tipo de comportamientos indeseados deban ser tolerados.
Sin embargo, nosotros tenemos la capacidad tanto de elegir y gestionar las relaciones de amistad que queremos mantener, como de “educar” a nuestros amigos o amigas en el modo en el que deben tratarnos. Y esto se consigue empezando a aplicar la asertividad en nuestro trato con ellos, sin prisa pero sin pausa. Es decir, expresando aquellas ideas que representan nuestros intereses y nuestra manera de pensar, y que ves lo suficientemente importantes como para determinar que deben ser respetadas o al menos tenidas en cuenta de verdad.
Las 5 claves para desarrollar asertividad ante los amigos
Estos son consejos y estrategias que te pueden ayudar a desarrollar un estilo de comunicación más asertivo al tratar con amigos y amigas.
Ten en cuenta que todas estas ideas clave deben ser adaptadas a cada caso particular, y que el contexto en el que se produce la interacción con una persona o grupo de personas influye mucho en cómo se produce el intercambio comunicativo (por ejemplo, puede modificar el significado de las palabras dependiendo de dónde habléis).
1. No adoptes una postura a la defensiva, tan solo infórmales de lo que piensas
Expresa tus opiniones y lo que te interesa, pero sin dar por sentado que tu interlocutor o interlocutora va a adoptar una actitud hostil al escucharlo.
Una cosa es imaginar que quizás no le guste oír lo que le diremos, y otra es facilitar que se produzca un enfrentamiento dando nosotros el primer paso para una discusión, ya sea por el tono de nuestra voz, los gestos, la manera de formular las frases… Lo mejor es dar por sentado que, en tanto que amigo o amiga, esa persona respetará nuestras decisiones y puntos de vista.
2. Critica las acciones, no a la persona
Te será mucho más fácil aplicar la asertividad ante tus amigos o amigas si al criticar lo que hacen pones el foco en esos comportamientos concretos, en vez de referirte a “su manera de ser” o a su identidad. Es decir, si te gustaría que corrigiesen algo, habla de los verbos, no de los adjetivos.
3. Si ves que una crítica puede causar daño, acompáñala con algo positivo
Como amigos que somos, la emoción de los demás nos importa; hay que empatizar. Por eso, acompaña tus críticas más duras con ideas que muestren que también ves lo positivo de esa persona criticada, y/o ofrece posibles alternativas a aquello que te gustaría que cambiara, poniendo ejemplos de lo que puede hacer para que tanto tus intereses como los de esa persona sean respetados.
4. Si se te han encendido mucho los ánimos, deja las explicaciones detalladas para otro momento
Si algo que ha echo tu amigo o amiga te ha hecho enfadar mucho y no te ves capaz de mantener un diálogo constructivo, lo recomendable es dejar claro tu estado emocional en ese momento, pero no entrar más en detalles; exprésate de un modo más matizado justo después, cuando te hayas calmado más. Pero no dejes que pasen muchas horas o correrás el riesgo de renunciar a expresar tu punto de vista.
5. Si la situación te desborda, ve al psicólogo
Con la ayuda de un profesional de la psicología podrás gestionar mejor tus emociones y aprender habilidades sociales y comunicativas fundamentales.
- https://psicologiaymente.com/social/claves-asertividad-amigos?fbclid=IwAR2qCAA0FWKcPAwm2pwxkUzN4XCH67GOxPhdqXNjx_OKE6R7PpoOEulHVZU