Muchas investigaciones señalan al ejercicio físico como un factor positivo asociado a la salud y la calidad de vida de las personas, sea cual sea su edad. Incluso en personas de edad avanzada se ha demostrado que aumenta su nivel de independencia. No obstante, en algunos casos, su práctica puede poner en peligro la salud.
Beneficios del ejercicio físico
La práctica regular de ejercicio físico, sobre todo si es aeróbico, fortalece el corazón y mantiene a raya el sobrepeso y la obesidad ya que, además de quemar calorías, reduce el apetito. También disminuye las cifras de presión arterial y eleva los niveles de HDL (colesterol bueno). Además, mantiene el sistema musculoesquelético en las mejores condiciones de fuerza, elasticidad, flexibilidad, estabilidad postural y de percepción y aumenta la capacidad pulmonar. Por eso, la actividad física tiene un impacto positivo en la prevención y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el asma, la osteoporosis, la obesidad e, incluso, en determinados tipos de cáncer.
Pero sus beneficios no se limitan al plano meramente físico del organismo. También provoca la liberación de endorfinas que hacen que, después de su práctica, invada una sensación de bienestar y relajación muy gratificante. Esto, además de ayudar a mantener controlados el estrés, la ansiedad y los síntomas depresivos, favorece tener un sueño más reparador. Las últimas evidencias al respecto señalan que mejora la concentración, el funcionamiento intelectual y también el desarrollo cognitivo, además de que podría ser un factor para tener en cuenta en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como las demencias.
Cuando el deporte se convierte en peligroso
Pero el ejercicio físico se vuelve peligroso cuando es mal entendido o practicado. Puede poner en riesgo la salud porque se producen lesiones físicas de diversa gravedad o por el desarrollo de obsesiones e, incluso, depresión. Marisa Navarro, doctora en Medicina y psicoterapeuta, concreta un poco más: «Los casos en los que la práctica del deporte puede poner en riesgo la salud son, por ejemplo, cuando se hace de forma compulsiva y se dedica a él todo el tiempo libre. Está claro, el deporte enriquece, pero hay que cultivar tanto el cuerpo como la mente y no descuidar la práctica de otras actividades».