Todos hemos sentido estrés alguna vez o al menos hemos escuchado esta palabra miles de veces, pero es importante saber que no todo estrés es malo. El estrés es una respuesta natural de cuerpo humano que se genera ante condiciones del entorno que resultan amenazantes o desafiantes, para hacerle frente a estas condiciones nuestro cuerpo se hace de herramientas físicas, mentales y conductuales. En nuestra vida diaria podemos encontrar por lo menos tres tipos de estrés:
Estrés rutinario o episódico: es aquel que se presenta en el trabajo, por las responsabilidades diarias, ocuparnos de la familia, etc.
Estrés agudo: provocado por un cambio repentino en nuestra rutina ya sea perder a un ser querido, una enfermedad, la pérdida del trabajo etc.
Estrés traumático o crónico: es aquel que se presenta cuando vivimos una experiencia de peligro grave, como un desastre natural, una guerra, un secuestro, etcétera detonando un estado constante de alarma. Aunque una de las características del estrés crónico es que no precisamente debe vivirse algo traumático para que aparezca, muchas veces suele ser estrés acumulado que cuando se intensifica en tiempo, la salud y el desempeño general de la persona se ve afectado.
El estrés se puede manifestar de distintas maneras en nuestro cuerpo y puede variar de persona a persona, algunos de los síntomas que se pueden experimentar son dolor de cabeza, depresión, problemas digestivos, insomnio, irritabilidad o episodios de ira. Si el estrés evoluciona a ser crónico las personas que lo padecen son más susceptibles a infecciones virales frecuentes y graves.
Una de las características del estrés es que desencadena la ansiedad presentándose como síntoma emocional, la ansiedad al igual que el estrés es una respuesta natural del cuerpo que tiene como utilidad el ponernos alerta y al cuidado de situaciones amenazantes, a diferencia del estrés la ansiedad suele desaparecer cuando se ha enfrentado o solucionado la situación que la causaba.
Las manifestaciones sintomatológicas de la ansiedad pueden variar de persona a persona, pero es frecuente que venga acompañada de taquicardia, opresión en el pecho, falta de aire, tensión muscular, inquietud, sensación de vacío, temor a perder el control, encontrarse en un estado de hipervigilancia, dificultades de atención y concentración, entre otras.
Tanto el estrés como la ansiedad pueden tener graves consecuencias en el organismo si se experimentan de una manera frecuente en donde el individuo siente que pierde el control, es por ello importante el conocer nuestros estresores y poco a poco modificar la manera en que enfrentamos estas situaciones. Para esto es recomendable la meditación constante y momentos de relajación en donde podamos tener momentos para pensar y valorar bien las situaciones y los peligros reales antes de enfrentarlos.
El ejercicio es un buen método para canalizar todo el estrés y ansiedad acumulada después de una larga jornada de trabajo e incluso realizar el ejercicio antes de llegar a la oficina mejora la calidad y nuestro rendimiento del día a día. Es por esto que cuidar nuestra calidad de vida no solo esta en comer balanceado o tomar mucha agua sino que es todo un conjunto de pequeños detalles que debemos ir cuidando.
En Zanic Center queremos ayudarte a mejorar tu calidad de vida, que disfrutes cada momento. Permitenos acompañarte.
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