Cómo afecta el uso de las redes sociales a los adolescentes

Los adolescentes son expertos en mantenerse ocupados en línea.  Sin embargo, cuando las amistades se mantienen en línea, a través de textos y fotos, se hacen en un contexto despojado de muchos de los aspectos más personales, y quizás intimidantes, de la comunicación.

Es más fácil mantener la defensa alta cuando están enviando mensajes de texto o fotografías, por lo que hay menos en juego. No están escuchando ni viendo el efecto que sus palabras están causando en la otra persona; además, debido a que la conversación no está sucediendo en tiempo real, cada parte puede tomar más tiempo para considerar una respuesta, lo que puede generar dificultades de comunicación cara a cara. Por su parte, los adolescentes modernos están aprendiendo a comunicarse mayormente mientras miran una pantalla, no a otra persona.

Si bien comunicarse vía internet no provoca una discapacidad de aprendizaje no verbal, sí provoca un contexto parecida a discapacidad no verbal, donde el lenguaje corporal, la expresión facial e incluso los tipos más pequeños de reacciones vocales se vuelven invisibles.

Si los adolescentes no practican el relacionarse con otras personas y satisfacen sus necesidades sociales en persona y en tiempo real, muchos de ellos se convertirán en adultos ansiosos con dificultades para comunicarse de manera directa; es decir, temerán hablar. Y, por supuesto, las negociaciones sociales solo se vuelven más riesgosas a medida que la gente crece y comienza a desarrollar relaciones más serias y complejas.

¿Pueden hacer algo los padres?

Lo mejor que pueden hacer los padres para minimizar los riesgos asociados con la tecnología es reducir primero su propio consumo. Depende de los padres dar un buen ejemplo de cómo se ve el uso saludable de la computadora.

  • Establezcan zonas libres de tecnología en la casa y horas sin tecnología, en las que nadie usa el teléfono, incluidos mamá y papá. Limitar la cantidad de tiempo que pasan en los aparatos electrónicos fortalecerá el vínculo con los hijos, ya que los niños comprenderán que sus padres están ahí para ellos.

 

  • Involucrar a los hijos en actividades de su interés; puede ser relacionado a las artes, a los deportes, voluntariados, etcétera.  Cualquier cosa que despierte interés y les dé confianza es buena para mantenerlos . Cuando los chicos aprenden a sentirse bien acerca de lo que pueden hacer en lugar de cómo se ven y lo que poseen, son más felices y están mejor preparados para el éxito en la vida real; además, estas actividades aseguran interacción social real con personas de su edad.

Lo más importante es recordar darle su espacio a los adolescentes para no generar rechazo, ni una sensación de invasión a sus espacios personales. Al estar en una etapa de autodescubrimiento, requieren espacio para sí mismos, para conocerse y experimentar quiénes son.

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