10 tipos de personalidades, ¿Cuáles son?

Los trastornos de personalidad son un grupo de afecciones en las que los individuos muestran patrones de pensamiento, percepción, sentimiento y comportamiento de larga duración que difieren de lo que la sociedad considera normal.

Su manera de actuar y de pensar, y sus creencias distorsionadas acerca de los demás, pueden provocar un comportamiento extraño, pudiendo ser muy molesto para otras personas.

¿Qué son los Trastornos de Personalidad?

Estos individuos suelen tener problemas en distintas áreas de la vida, incluyendo el funcionamiento social y laboral, y suelen tener habilidades de afrontamiento pobres y dificultades para formar relaciones sanas. Los trastornos de personalidad suelen surgir en la adolescencia y continúan en la edad adulta. Pueden ser leves, moderados o graves, y es posible que estas personas puedan tener períodos de remisión en el que funcionan relativamente bien.

A pesar de que las causas no están del todo claras, los trastornos de la personalidad pueden estar asociados a factores genéticos y ambientales. Respecto a estos últimos, las experiencias de angustia, estrés o miedo durante la infancia, así como el maltrato, el abuso o la negligencia emocional, pueden causar futuro desarrollo de dichos trastornos.

Trastornos de la personalidad

Tipos de Trastornos de Personalidad

Los distintos tipos de personalidad se agrupan en tres grandes grupos o “clusters”.

  • Grupo A: Extraños, excéntricos. Introvertidos y ausencia relaciones próximas.
  • Grupo B: Impulsivos, emocionales, llamativos, extravertidos y social y emocionalmente inestables
  • Grupo C: Ansiosos, temerosos y con presencia de conflictos interpersonales e intrapsíquicos.

Trastornos de Personalidad del Grupo A

Los trastornos de personalidad del cluster A tienen que ver con los patrones de comportamiento extraños, ajenos a los códigos desocialización y a las convenciones sociales, e incluso que denotan una desconexión con la realidad y alteraciones psicológicas de tipo psicótico.

1. Trastorno Paranoide de la Personalidad

El trastorno de personalidad paranoide se caracteriza por una desconfianza generalizada hacia los demás, incluyendo amigos e incluso la familia y la pareja. Como resultado, la persona se siente vigilada y bajo sospecha, y está constantemente buscando pistas que validen sus teorías conspiratorias. Este tipo de personalidad es el de una persona extremadamente sensible a los reveses, y fácilmente siente vergüenza y humillación. Tiende a aislarse de los demás y a destruir relaciones cercanas.

2. Trastorno Esquizoide

El trastorno esquizoide de la personalidad se caracteriza porque los individuos que padecen esta condición se aíslan y evitan las actividades sociales y las relaciones interpersonales. Estos individuos organizan sus vidas de manera que evitan el contacto con otras personas. Por tanto, no desean ni disfrutan las relaciones cercanas, eligen trabajos y actividades solitarias y muestra frialdad emocional.

3. Trastorno Esquizotípico

El trastorno esquizotípico se caracteriza por rarezas en la apariencia, el comportamiento y el habla; por experiencias perceptivas inusuales, y anomalías en la manera de pensar, que se asemejan a los observados en la esquizofrenia.

Los esquizotípicos se aíslan porque poseen de un afecto inapropiado y ansiedad social. Suelen tener pensamiento mágico y se caracterizan por ser supersticiosos. En ocasiones pueden creer que poseen superpoderes o que han sido víctimas experiencias paranormales o con extraterrestres. Tienen problemas para relacionarse por su frialdad y porque se muestran distantes.

Trastornos de Personalidad del Grupo B

Este grupo de trastornos de la peronalidad están caracterizados por la inestabilidad emocional y/o el componente histriónico e impredecible del comportamiento de la persona. Acostumbran a generar serias dificultades a la hora de interactuar con los demás, ya sea por los estallidos emocionales o por la tendencia a ignorar las normas sociales.

4. Trastorno Antisocial

La persona que sufre este trastorno de la personalidad llamado trastorno antisocial no tiene en cuenta las normas y obligaciones sociales, es agresiva, actúa de manera impulsiva, carece de sentimiento de culpa, y parece no aprender de la experiencia.

En muchos casos, puede no tener dificultad para relacionarse, e incluso puede parecer superficialmente encantador (por eso se conoce como “psicópata con encanto”’). Ahora bien, sus relaciones no suelen durar mucho. Este tipo de trastorno de personalidad está estrechamente relacionado con la conducta criminal.

5. Trastorno Límite de Personalidad

Las personas con trastorno límite de la personalidad o borderline a menudo se sienten vacías y abandonadas, y pueden tener dificultades para hacer frente a los acontecimientos estresantes. Tienen una personalidad débil y cambiante, y dudan de todo. Pueden pasar de momentos de calma a momentos de ira, ansiedad o desesperación en solo unos segundos.. Estas personas viven sus emociones al máximo, y sus relaciones amorosas son intensas, porque idolatran a la otra persona.

La sintomatología se caracteriza por ira intensa e incapacidad de controlarla, esfuerzos frenéticos por evitar el abandono, real o imaginario, alternancia entre extremos de idealización y devaluación en las relaciones interpersonales, autoimagen marcadamente inestable, y sentimientos crónicos de vacío. En ocasiones estos individuos pueden tener episodios de paranoia, y tienden a involucrarse en conductas de riesgo, tales como sexo sin protección, consumo excesivo de alcohol, y el juego.

6. Trastorno Histriónico de la Personalidad

Las personas afectadas por el trastorno histriónico e la personalidad tienen una baja autoestima y buscan llamar la atención de otras personas dramatizando o jugando un papel, son emocionalmente muy sensibles en un intento de ser escuchados y vistos. Por tanto, estos individuos prestan excesiva atención al cuidado de su apariencia y se comportan de una manera demasiado encantadora y seductora. Tienen baja tolerancia a la frustración y buscan continuamente la aprobación de los demás.

Su vida se convierte en un círculo vicioso que puede afianzarse, pues si se sienten rechazados, más histriónicos se vuelven; y cuanto más histriónicos se vuelven, más rechazados se sienten.

7. Trastorno de Personalidad Narcisista

Las personas con trastorno de personalidad narcisista creen que son más importantes que los demás. Tienden a exagerar sus logros y pueden presumir de su atractivo o el éxito constantemente. Sienten una profunda necesidad de admiración, pero carecen de empatía por otras personas. Además de su comportamiento egocéntrico, también se caracterizan por ser personas muy rencorosas, y suelen mantener actitudes de resentimiento y venganza hacia los demás.

Trastornos de Personalidad del Grupo C

Finalmente, el cluster C de trastornos de la personalidad incluye alteraciones psicológicas asociadas al miedo, la angustia y las tendencias evitativas. Quienes desarrollan un trastorno de este tipo acostumbran a sentir malestar pot situaciones que no representan un peligro o riesgo real, lo cual también influye en su manera de establecer interacciones sociales (muchas veces basadas en la dependencia).

8. Trastorno de la Personalidad por Evitación

Las personas con este tipo de trastorno suelen experimentar sentimientos de inferioridad. Por lo general viven pendientes de las crítica de los demás y evitan participar en nuevas actividades o hacer nuevos amigos porque se consideran socialmente ineptos y poco atractivos. Viven con un miedo constante a ser avergonzados o rechazados.

Este trastorno de personalidad está fuertemente asociado con un trastornos de ansiedad, y puede tener su origen en el rechazo por parte de los padres o compañeros de infancia.

9. Trastorno de Personalidad Dependiente

En el trastorno de personalidad dependiente, los individuos que sufren esta condición dependen de otras personas para satisfacer sus necesidades emocionales y físicas. Son incapaces de tomar decisiones por sí solos y, por lo general, evitan estar solos, pudiendo ser propensos a tolerar el abuso físico y verbal.

10. Trastorno de Personalidad Obsesivo-Compulsivo

Las personas con trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo suelen ser personas muy disciplinadas, con una imperiosa necesidad para la orden, y se adhieren fuertemente a las normas y reglamentos. Se caracterizan por ser rígidas, perfeccionistas, rumiadoras, moralistas, inflexibles e indecisas. Se sienten muy incómodas cuando no logran la perfección.

Referencias bibliográficas:

  • Bagby, R.M.; Sellbom, M.; Costa, P.T.; Widiger, T.A. (2008). Predicting Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders-IV personality disorders with the five-factor model of personality and the personality psychopathology five. Personality and Mental Health, 2(2): pp. 55 – 69.
  • Belloch Fuster y Fernández–Álvarez, (2010). Tratado de trastornos de la personalidad. Editorial Síntesis.
  • Berrios, G E. (1993). European views on personality disorders: a conceptual history. Comprehensive Psychiatry. Cohen, Patricia; Brown, Jocelyn; Smailes, Elizabeth (2001). «Child Abuse and Neglect and the Development of Mental Disorders in the General Population». Development and Psychopathology, 13(4): 981 – 999.
  • Smelser, N. J., & Baltes, P. B. (2001). Personality Disorders. International encyclopedia of the social & behavioral sciences.
  • Widiger, T.A. (2003). Personality disorder diagnosis World Psychiatry

Cómo tranquilizar los pensamientos intrusivos de nuestro día.

En la mayoría de los casos, los pensamientos negativos no son en sí un problema psicológico; son tan solo el reflejo de un mundo en el que muchas veces las cosas no salen como querríamos, ni siquiera lo que se nos pasa por la cabeza.

Del mismo modo en el que el mundo en general no está diseñado para encajar con nuestros intereses y preferencias, los procesos mentales, que en gran parte escapan a nuestro control, plasman esa diversidad de experiencias buenas y malas, y no tienen por qué corresponderse con nuestros gustos.

Sin embargo, hay casos en los que los pensamientos negativos y generadores de malestar pasan a ser parte del problema. Esto ocurre particularmente cuando “entramos en bucle” y pasan a ser, además, pensamientos intrusivos, que nos vienen a la cabeza una y otra vez a pesar de (o precisamente a causa de) lo mal que nos lo hacen pasar.

Sin embargo, ante esta clase de problemas hay varias cosas que podemos hacer. Aquí encontrarás algunas de estas propuestas en forma de consejos para saber superar los pensamientos negativos que se repiten demasiado.

5 consejos para aprender a superar los pensamientos negativos

Lo primero que debes saber es que la manera más eficaz de hacer frente a los pensamientos negativos problemáticos (es decir, aquellos que generar un malestar muy intenso y que se repiten con demasiada frecuencia) es ir al psicólogo.

No hace falta haber desarrollado un trastorno psicológico para beneficiarse del apoyo profesional de este tipo: si tienes dificultades significativas en la gestión de tus emociones y de los pensamientos asociados a estos, acudir a profesionales es la mejor opción. De esta manera contarás con un experto que supervisará tu caso particular y diseñará un programa de “entrenamiento” psicológico adaptado a tus características y necesidades.

Ahora bien, si consideras que el malestar producido por los pensamientos negativos no llega a constituir un problema que merezca asistencia psicológica, puedes optar por introducir algunos cambios en tu día a día. Aquí encontrarás un resumen de los más importantes y sencillos de aplicar, aunque debes tener en cuenta que lograr un control absoluto de tus pensamientos es imposible, para lo bueno y para lo malo.

1. No intentes mantener tu consciencia limpia de pensamientos negativos

Como adelantaba antes, no es realista proponerse bloquear totalmente los pensamientos negativos. Pero no solo es imposible; además, intentarlo resulta contraproducente, porque nos lleva a ponernos en estado de alarma para intentar ser policías de nuestra propia consciencia. Esto nos lleva a predisponernos a atraer hacia ella aquellos pensamientos a los que damos más importancia, entre ellos los que queremos eliminar.

2. Entiende lo que te da ansiedad

Llevas un tiempo experimentando pensamientos que producen en ti estrés o angustia, pero eso no significa que entiendas. Pero si llegas a entender la lógica de aparición de esos pensamientos intrusivos, les restarás poder.

Para ello, limítate a observar el contenido de esos pensamientos como si fueses una tercera persona que toma nota de lo que pasa por tu mente. De este modo detectarás temas y generalidades en los contenidos de esos pensamientos, y empezarás a verlos no tanto como un elemento de la vida que no puedes evitar, sino como una construcción de tu mente, con sus propios estereotipos, recursos narrativos, simplificaciones, etc.

Ansiedad y pensamientos negativos

3. Lleva un horario de sueño claro

Uno de los momentos en los que los pensamientos negativos recurrentes causan más estragos es cuando estamos intentando conciliar el sueño, sin apenas estímulos sensoriales que nos distraigan de nuestros pensamientos y la predisposición a preocuparnos si notamos que hay algo que nos mantiene en vela.

Para minimizar las posibilidades de tener problemas en este sentido, es importante tener un horario de sueño claro y, si notamos que nos cuesta dormirnos, salir de la cama durante 15 o 20 minutos y realizar alguna actividad relajante y no exigente física o intelectualmente antes de volver a intentar dormir.

4. Aprende a hacer “reset”

Cuando notes que estás en un estado ansioso que te pre dispone a “entrar en bucle”, realiza una actividad sencilla que te permite centrar tu atención en metas a corto plazo: salir a correr, leer, meditar, etc. Piensa que no es tiempo perdido, sino que sus efectos psicológicos beneficiosos te permitirán centrarte y rendir mejor a la hora de realizar las tareas y responsabilidades que debes cumplir.

5. Adopta un estilo de vida saludable

Las personas en buen estado físico tienen una predisposición menos a sufrir problemas con la gestión de sus emociones. Come bien (sin obsesionarte con la dieta), haz ejercicio regularmente y cuida de ti en general.

Referencias bibliográficas:

  • American Psychiatric Association –APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Panamericana.
  • Fawcett, J.M. et. al. (2015). The origins of repetitive thought in rumination: Separating cognitive style from deficits in inhibitory control over memory. The Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, 47: pp. 1 – 8.
  • Magee, J.C. & Teachman, B.A. (2012). Distress and Recurrence of Intrusive Thoughts in Younger and Older Adults. Psychology and Aging, 27(1): pp. 199 – 210.
  • Michl, L.C. (2013). Rumination as a Mechanism Linking Stressful Life Events to Symptoms of Depression and Anxiety: Longitudinal Evidence in Early Adolescents and Adults. The Journal of Abnormal Psychology, 122(2): pp. 339 – 352.
  • https://psicologiaymente.com/clinica/como-superar-pensamientos-negativos?fbclid=IwAR2YL3B1Q2B0ISOtiL-nO_sYswQQ-2Bx_-VxRTbJLnqW9WH656UJ2Udw8PY

¿Cómo establecer límites de manera efectiva en mis hijos?

En las familias existen diferentes maneras de establecer normas y límites, dependiendo del estilo de crianza que ejerzan los/as progenitores.

Este estilo de crianza constituye un elemento esencial en el desarrollo del menor, ya que influye en su construcción como persona y en su manera de ubicarse en el mundo.

Estableciendo normas mediante un estilo parental adecuado y consistente

¿Cómo se establecen normas y límites en cada estilo parental? ¿Y qué consecuencias tienen para los menores?

En el estilo autoritario, los progenitores adoptan un rol de excesivo control sobre sus hijos/as, cediéndoles poca autonomía. Tienden a imponer las normas de manera unidireccional e inflexible, sin detenerse en las necesidades específicas de los menores. En caso de incumplimiento recurren frecuentemente al castigo.

A menudo se sienten poco escuchados e importantes, con una percepción de bajo control interno. Presentan poca capacidad crítica y dificultad para negociar o resolver conflictos de manera asertiva. Por el contrario, tienden a la imposición y a la sumisión.

Tanto en el estilo permisivo/sobreprotector como en el estilo negligente, los progenitores establecen pocos límites y normas, y los fijan de manera inconsistente. De hecho, a menudo son establecidos por los propios menores. La principal diferencia entre ambos estilos es que mientras en el primero hay un alto nivel de afectividad expresada, en el segundo abundan la falta de cuidados, afecto y protección al menor, delegando la crianza en terceros.

¿Qué consecuencias puede tener en sus hijos/as? En ambos escenarios nos encontramos ante personas inseguras, puesto que no cuentan con una estructura de límites que les proporcione estabilidad. Asimismo, al haberse expuesto a pocos “noes”, presentan baja tolerancia a la frustración. Sin embargo, en el primer caso los niños/as tienden al egocentrismo, esperando que el mundo les otorgue el mismo protagonismo que sus m/padres, mientras que en el segundo se perciben como personas poco valiosas.

Por último, en el estilo democrático, los progenitores son una figura de afecto y autoridad saludable. Establecen normas y límites de manera respetuosa, y recurren a la negociación cuando lo consideran adecuado. Llevan por bandera la comunicación, y potencian la autonomía de sus hijos/as.

¿Qué consecuencias puede tener en sus hijos/as? Los menores se perciben escuchados, partícipes y, en consecuencia, importantes. Presentan niveles sanos de autoestima, toleran adecuadamente la frustración y son capaces de negociar y expresarse de manera asertiva y respetuosa con los demás, debido a que han podido aprender de modelos óptimos.

Como puede intuirse, el estilo democrático es el más recomendable de los cuatro, ya que dota al menor de una serie de recursos y herramientas que le permiten afrontar adecuadamente las situaciones conflictivas que acontecen en su día a día.

¿Cómo podemos acercarnos a un modelo democrático de crianza?

En las familias es conveniente que existan (a) cuestiones que decidan los padres, (b) cuestiones que se negocien entre progenitores e hijos/as y (c) cuestiones que decidan los menores autónomamente. Todas estas cuestiones han de ir ajustándose en función de la edad de los niños/as, cediéndoles el control y otorgándoles, en consecuencia, mayor autonomía, confianza y capacidad de decisión.

1. Selecciona los “noes” necesarios

Es conveniente limitar el uso del “no” a aspectos centrales o esenciales, y que sepamos que podemos cumplir. Frecuentemente acabamos cediendo al ser incapaces de cumplir con todas nuestras negativas y, de esta manera, reducimos la credibilidad de nuestros “noes”.

Padres con hijos

2. Ofrece opciones

En la medida de lo posible, sustituye el “no” por alternativas y negociación, trasladando el control al menor. En lugar de “No puedes jugar” prueba con “Claro que puedes jugar, en cuanto hayas terminado de recoger tu habitación”.

3. Permite que haya temas en los que decida el niño/a libremente

Por supuesto, deben ser temas que no comprometan su seguridad y protección, como su apariencia física, los juegos en los que se embarca o sus actividades extraescolares.

4. Sé claro, preciso y respetuoso al establecer normas y límites, explicándoselos

Podemos sustituir un “Pórtate bien”, por “Cariño, por favor, espérame sentado y hablando bajito, en la sala de espera hay gente tranquila y no queremos molestarlos”.

5. Sé consistente

Ser flexibles y respetuosos con sus necesidades no implica que redefinamos constantemente las normas, ni que siempre “se salgan con la suya”. Los niños requieren una estructura clara que les permita anticipar qué está permitido y qué no, cuáles son las condiciones que deben cumplir para tener acceso a determinada actividad placentera o cuáles son las consecuencias de incumplir las normas. La constancia les brinda seguridad y control.

6. Refuerza

Es esencial que, cuando el menor respete una norma o límite, valoremos o agradezcamos su comportamiento.

Referencias bibliográficas:

  • Bilbao, A. (2015). El cerebro del niño explicado a los padres. Plataforma Editorial.
  • Ortuño, A. (2012). Familias inteligentes: claves prácticas para la educación.
  • https://psicologiaymente.com/desarrollo/claves-establecer-normas-limites-manera-democratica?fbclid=IwAR2bndMeo36p5L7cqI5Qo23EPFHsZGsakUz76MH8DcotIKcCz3opTCOtRtU

¿Qué es el apego y por qué es tan importante que los niños crezcan felices?

La teoría del apego es una teoría que nació hace ya un siglo, concretamente en el año 1907, para explicar las diferencias individuales (también llamados estilos de apego) respecto a cómo la gente piensa, se siente y se comporta en las relaciones interpersonales.

El concepto de “apego” hace referencia a los vínculos emocionales que la gente forma con otras personas a lo largo de su vida, primero con sus progenitores, y después con sus amigos, su pareja, sus compañeros y sus hijos.

El comienzo: la teoría del apego de Bowlby

Existen distintas visiones respecto a esta teoría, pero la más conocida es la de John Bowlby, considerado el padre de la teoría del apego. Éste pensó que el apego se inicia en la infancia y continúa a lo largo de la vida, y afirmó que existen sistemas de control del comportamiento que son innatos y que son necesarios para la supervivencia y la procreación de los seres humanos.

El apego y los sistemas exploración son centrales en su teoría, pues desde muy pequeños los niños poseen un comportamiento innato que les lleva a querer explorar cosas nuevas, pero cuando éstos se sienten en peligro o asustados, su primera reacción es buscar la protección y seguridad de su cuidador primario.

La “situación extraña” y los tipos de apego según Mary Ainsworth

Bowlby asentó las bases para la teoría, pero otra figura importante en el estudio del apego es Mary Ainsworth, una de las psicólogas más reconocidas por su contribución a dicha teoría. Ainsworth también pensó que existían los sistemas de control, pero fue un poco más lejos y propuso su concepto de “situación extraña”, con la que añadió a la teoría del apego tres estilos de comportamiento: SeguroInseguro-Evitativo e Inseguro-Ambivalente. Más tarde otros autores identificaron otros tipos de apego, como el apego ansioso o el apego desorganizado.

Tipos de apego

La situación extraña hace referencia al proceso de laboratorio en el que se estudia al niño en la interacción con su madre y con un adulto extraño, es decir, en una situación con alguien que no es familiar. Los resultados del estudio longitudinal de Ainsworth le llevaron a concluir que:

  • El tipo de apego seguro se caracteriza porque el pequeño busca la protección y la seguridad de la madre y recibe cuidado constante. La madre suele ser una persona cariñosa y que muestra y se muestra afectiva constantemente, lo que permite que el niño desarrolle un concepto de sí mismo y de autoconfianza positivos. En el futuro, estas personas tienden a ser cálidas, estables y con relaciones interpersonales satisfactorias.
  • El tipo de apego evitativo se caracteriza porque el pequeño se cría en un entorno en el que el cuidador más cercano deja de atender constantemente a las necesidades de protección de éste. Esto es contraproducente para el desarrollo del pequeño, puesto que no le ayuda a adquirir el sentimiento de confianza hacia sí mismo que necesitará posteriormente en su vida. Por tanto, los niños (y también de adultos cuando ya han crecido) se sienten inseguros y desplazados por las experiencias abandono en el pasado.
  • El tipo de apego ambivalente se caracteriza porque estos individuos responden a la separación con gran angustia y suelen mezclar sus conductas de apego con protestas y enfados constantes. Esto se debe a que no han desarrollado correctamente las habilidades emocionales necesarias, ni han tenido expectativas de confianza ni de acceso a los cuidadores.

Los cuatro tipos de apego según Hazan y Shaver

Más tarde, durante la época de los 80, Cindy Hazan y Phillip Shaver ampliaron la teoría del apego a las relaciones amorosas de los adultos. Éstos identificaron cuatro estilos de apego: apego seguroapego ansioso-preocupadoapego evitativo-independiente y apego desorganizado.

1. Apego seguro

Son adultos que presentan una visión más positiva de sí mismos y de sus relaciones interpersonales. No les preocupa la intimidad ni la independencia, pues se sienten seguros.

2. Apego preocupado-ansioso

Son personas que suelen buscar de manera constante aprobación de los demás y la respuesta continua de la pareja. Por tanto, son individuos dependientes, desconfiados y tienen una visión poco positiva de sí mismos y de sus relaciones interpersonales. Presentan niveles altos de expresión emocional e impulsividad.

3. Apego evitativo-independiente

Son individuos que suelen aislarse porque no se sienten cómodos en la intimidad con otras personas, por lo que son muy independientes. Se ven a sí mismos como autosuficientes y sin necesidad de relaciones cercanas. Suelen suprimir sus sentimientos.

4. Apego desorganizado

Los adultos con apego desconfiado se caracterizan porque tienen sentimientos contradictorios en sus relaciones interpersonales. Es decir, pueden sentirse tanto deseantes como incómodos con la intimidad emocional. Suelen verse a sí mismos con poco valor y desconfían de los demás. Igual que los anteriores buscan menos la intimidad y suelen suprimir sus emociones.

Principios fundamentales para un vínculo seguro padres-hijos

Queda claro que, como han demostrado muchas investigaciones, la actitud de los padres hacia sus hijos va a ser determinante a la hora de que su hijo se desarrolle correctamente. Por tanto, los progenitores deben ser cuidadosos a la hora tratar a sus hijos y deben tener paciencia para que crezcan sanos y con una personalidad fuerte para hacer frente a las situaciones que pueden presentarse en el futuro.

De manera resumida, es importante que los padres traten de:

  • Entender las señales de los niños y su forma de comunicarse.
  • Crear una base de seguridad y confianza.
  • Responder a sus necesidades.
  • Abrazarlo, acariciarlo, mostrarle cariño y jugar con él.
  • Cuidar su propio bienestar emocional y físico puesto que repercutirá en el comportamiento hacia su hijo.

 

  • https://psicologiaymente.com/desarrollo/teoria-apego-padres-hijos?fbclid=IwAR2QLYL6hhk5a-4XqHyTtyTRiDlsigvbrwgIdCCWnF-bffcSIKWfvAshkIs

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¿Cuál es la mejor defensa para la adicción a sustancias?

Como ya sabemos, siempre es mejor la prevención a tener que intervenir, sobre todo si de lo que estamos hablando es de la adicción a cualquier sustancia o comportamiento. Lo cierto es que es siempre mejor poner los medios para que los daños que conlleva una adicción no aparezcan.

Hay personas que piensan que una adicción no se puede curar, y están equivocadas. Es difícil, requiere tiempo y compromiso, pero es posible superarla y dejarla atrás. Y en Fromm Bienestar llevamos mucho tiempo ayudando a personas a conseguirlo. Eso sí, las adicciones se pueden prevenir siempre y cuando tengamos un plan para ello.

¿Se puede prevenir la adicción? ¿Cómo?

Diremos que sí, que la adicción se puede prevenir, pero es necesario mencionar que esta enfermedad no aparece de la nada; hay factores y aspectos que van condicionando al potencial adicto hacia la dependencias. Es como el ejemplo que siempre se pone: cuantos más billetes de lotería lleves, más posible es que te toque.

Hay que decir que son muchos los aspectos que tienen influencia en el desarrollo de una adicción, y que es muy complicado tenerlos todos bajo control. No obstante, hay algunos que son más fácilmente perceptibles que otros y que pueden ser intervenidos antes de que se hagan más graves. Algunos de ellos son los que señalamos a continuación:

1. Bajo estado de ánimo y depresión

Cuando una persona que nos importa está triste y lo vemos, es más, si la vemos demasiado decaída, podemos considerar que ese es el primer síntoma de que algo puede estar ocurriendo, y debemos estar alerta.

Ten en cuenta que dos de los principales aspectos que originan una posible adicción son precisamente la depresión y la tristeza. Por ello es importante preocuparnos e intentar echar una mano a esa persona, tratar de ver cuál es el origen de su estado. Podemos intentar demostrarle que nos importa, que le apoyamos sin emitir juicios de valor y hablando con ella constantemente.

Prevención de las adicciones

2. La influencia del grupo

Uno de los factores que pueden influir poderosamente en el comportamiento de la persona es el grupo, aquellos individuos de los que uno se rodea. Si la persona de la que hablamos está siempre con gente que nos parece poco recomendable, es fundamental estar atentos y ser muy precavidos. Es posible que decírselo abiertamente no sea la solución, ya que lo único que causará es rechazo hacia nosotros.

Lo que sí se puede hacer es tratar de hacer que entienda que no está con la compañía más adecuada, y que, aunque estamos preocupados, la decisión final acerca de si quiere o no estar en esa compañía es suya. No se trata de meternos en su vida y en sus decisiones, sino acompañarle y darle nuestro punto de vista. Si somos capaces de hacerlo, esto será una herramienta muy interesante para ayudarle a cambiar.

3. Los malos hábitos hacen que sea mucho más complicado prevenir una adicción

Esto es exactamente así, tal cual. Es fundamental tener unos hábitos de vida saludables y positivos, y, si queremos ayudar a alguien a prevenir la adicción, tenemos que fomentar en esa persona los hábitos de los que hablamos.

Algunos malos hábitos pueden ser por ejemplo dormir demasiado, comer de manera incorrecta, no tener unos horarios establecidos para nuestro ritmo vital y otros muchos que vemos en personas de nuestro entorno a diario.

Proporcionar consejo y ayuda sobre cómo establecer unas rutinas positivas puede ser una gran idea, ya que van a ayudar a que la persona disponga del equilibrio psicológico que necesita.

Para resumir, es verdad que no lo podemos controlar todo, y que a veces, la prevención de la adicción conlleva factores y aspectos que escapan a nuestro control. Sin embargo, sí podemos hacer determinadas cosas para que haya menos posibilidades de que esa persona desarrolle una adicción.

Será básico transmitirle valores y normas que pueda interiorizar sin que las vea como algo impuesto, sino que las vea como algo suyo. Tampoco podemos olvidar que la adicción surge como un elemento que nos ayuda a evitar una situación o un sentimiento, para gestionar una situación dolorosa.

  • https://psicologiaymente.com/drogas/mejor-defensa-adiccion-prevencion?fbclid=IwAR22L7pDQVx349IibEHxuPYRVxYNKGrit6KTYAVgv7JdL4I789AckQ2KMDY