¿Cómo lidiar con la incertidumbre?

Nos sentimos con inseguridad, algo normal por todo lo que está pasando en nuestras vidas desde hace un año. siempre hemos estado educados en rutinas, en planificar y en la organización, pero muchas cosas no van a ser como teníamos previsto que fueran. Planear y estructurar nuestro día a día para ir avanzando hacia determinadas metas nos daba seguridad, y ahora desconocemos ese futuro.

Ahora hay que aprender a vivir día a día, en el presente. Por ello, es el momento de hacer prevención en salud mental, de aprender a trabajar en el aquí y ahora: actualmente tenemos una falta de control sobre nuestras planificaciones y hábitos, y eso nos genera inseguridad y ansiedad.

Cuando hay algún aspecto de nuestras vidas en el que sentimos que no controlamos casi nada de lo que nos ocurre, se nos plantean varias opciones; nos resignamos, luchamos o aceptamos que no tenemos el control. Hay que ver la incertidumbre como algo normal, no luchar por enfrentarnos a ella. Y es que una mala gestión de la incertidumbre te lleva a niveles de activación fisiológica elevados.

¿Cómo mitigar los problemas de ansiedad y adaptarse a la incertidumbre?

Los grandes cambios como el que estamos viviendo en tiempos del COVID-19 nos hacen aumentar la tolerancia a la incertidumbre. Es un aprendizaje y un entrenamiento. Tenemos sesgos cognitivos, creencias limitantes, unos hábitos y patrones mentales que nos dificultan a sobrellevar estos cambios, pero podemos aprender a gestionar todo eso.

1. Aprende a identificar pensamientos que no llevan a nada

Anticipar el futuro en negativo es improductivo, pues no nos lleva a ninguna acción concreta y desarrollada de manera consistente; nos bloqueamos y gastamos energía. Por eso, entrena tu mente cada día en identificar esos pensamientos catastrofistas, y déjalos ir, que fluyan y no te influyan. No te «enganches» a esa emoción de incertidumbre y miedo.

2. Habitúate a un cierto nivel de incertidumbre

Cuando sientes miedo irracional a situaciones del futuro, estás irritable, te enfadas, sientes nervios porque no controlas la situación… hay que aceptar que existen cosas que no dependen de nosotros. En este sentido, es importante entrenar a tu mente a ser más flexible. El vivir en los «y si…?» no te lleva a nada, no podemos adivinar el futuro, lo que va a suceder o no y menos cosas que no depende de nosotros.

3. Contrasta con la realidad tus predicciones pesimistas

Cuando escribes lo que piensas, tus miedos y preocupaciones, con el paso del tiempo te darás cuenta de que no han ocurrido. Solo un porcentaje muy pequeño será real. El 90% de las cosas que nos preocupan nunca jamás llegan a suceder pero nuestra mente y nuestro cuerpo las viven como reales: «¿Y si me pasa algo? ¿Y si suspendo? ¿Y si en el trabajo me dicen…?». Continuamente estás generando un estado de alerta segregando cortisol (la hormona del estrés), y ese estado de amenaza constante te desgasta psicológicamente.

Tu cuerpo está activado, estás en alerta continua y tu cuerpo se va resintiendo. Pensar en un futuro catastrófico altera nuestro estado interior, y cuando pensamos constantemente en situaciones que nos preocupan, ello tiene el mismo impacto que si sucediera de verdad.

4. No te obsesiones con intentar bloquear los pensamientos negativos sobre el futuro

Es importante siempre entender que la aparición de tus pensamientos no es algo que podamos controlar. Los pensamientos negativos son automáticos, nos vienen solos según la situación que nos está aconteciendo. Es una manera que tiene nuestro cerebro de protegernos ante las amenazas, un modo de supervivencia que nos viene de miles de años atrás.

Esa aparición de pensamientos ansiógenos no la puedes controlar, pero sí depende de ti el cómo interpretes la situación y los pensamientos que se han generado, es decir, la importancia que le estás dando. Si empiezas a analizar la situación, los pensamientos comienzan a dispararse y entras en un auto diálogo interno del cual es muy difícil escapar.

Así que cuando tengas pensamientos intrusivos, no te obsesiones con que se vayan, porque eso hará que tomen más intensidad. Evita darles más importancia de la que tienen, no alimentes más esos pensamientos, no les prestes la atención que estabas acostumbrado/a a prestarles. Sigue con la conducta que estabas haciendo ignorando lo que pasa por tu mente, realiza algo que no tenga nada que ver con esos pensamientos. En estos casos la conducta debe de dirigir tus pensamientos, y no al revés.

Recuerda que solo son pensamientos, solo son palabras, sonidos en tu mente, que no tienen que ver necesariamente con la realidad… Son desagradables, pero no graves. Mantén la mente despejada y ellos solos se reducirán en frecuencia e intensidad.

Hay que aprender a aceptar las cosas como vienen, no luchar en contra de ellas; eso ayudara a reducir tu estrés. La flexibilidad psicológica es una de las mejores capacidades y habilidades que podemos desarrollar. La clave está en aceptar estar con la experiencia que nos viene, no rechazarla, y tomar distancia de los pensamientos que se generan ante esa situación. Cuanta más rigidez mental más vulnerables seremos a desarrollar ansiedad, tendremos menos recursos para afrontar las situaciones estresantes. Pasar de pensar que la vida es un problema a resolver a pensar que la vida es un camino que hay que vivir es algo que cambia mucho las cosas.

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¿Cómo superar mi ansiedad en exámenes?

Muchos de los atletas que se desempeñan en condiciones de alta presión describen una agudización de sus sentidos que utilizan a su favor. Son capaces de aquietar la mente, desconectarse del público y atrapar la bola. Los niños que tienen ansiedad ante los exámenes experimentan exactamente la reacción opuesta.

“La ansiedad también tiene el potencial de desconectarte”, explica el neuropsicólogo Ken Schuster. “Cuando los niños sienten ansiedad ante los exámenes no pueden pensar con claridad, no pueden juzgar las cosas como lo harían si no estuvieran ansiosos. Todas sus demás habilidades se ven empañadas por la ansiedad”.

Porqué algunos niños experimentan ansiedad ante los exámenes

Existen diferentes razones por las que algunos niños podrían ser más susceptibles a la ansiedad. La ansiedad por los exámenes suele asociarse a los problemas de aprendizaje. Los niños que tienen TDAH o un problema de aprendizaje generalmente ya se sienten ansiosos en la escuela, y cuando llega el momento de hacer un examen, esa sensación se puede intensificar. “Si tengo TDAH y soy propenso a la falta de atención, si además de eso empiezo a sentirme ansioso, tendré muchas más dificultades”, señala el Dr. Schuster.

Del mismo modo, si un estudiante tiene una cantidad limitada de tiempo para hacer un examen y sabe que procesa las cosas con lentitud, lo más probable es que empiece a sentirse ansioso.

Si los niños se preocupan por no lograr un buen resultado, por la razón que sea, serán más propensos a la ansiedad. Los niños con un temperamento ansioso que se preocupan por cometer errores o por su desempeño en general, desde cantar en la clase de música hasta tener que batear en el béisbol, tienden a sentir más ansiedad en los exámenes. Los niños que creen que no les irá tan bien en una materia en particular (como las niñas influenciadas por el estereotipo de que los niños son mejores en matemáticas) también pueden ser más proclives a la ansiedad ante los exámenes en esa materia.

Sentirse más seguro

El común denominador es que si piensas que no te irá bien, te sentirás más ansioso al entrar al examen. “En mi trabajo con niños que tienen ansiedad ante los exámenes, he visto que tienden a decir: ‘Soy muy estúpido’”, dice el psicólogo Matt Cruger. “Esa no es una forma útil de pensar a la hora de hacer exámenes. De manera general, lo que realmente estoy tratando de hacer es rehabilitar el”.

Un buen enfoque es adoptar estrategias que refuercen tu confianza antes de un examen. A menudo esto empieza con un cambio en la manera de estudiar. El Dr. Cruger dice que el 90% de los estudiantes con los que trabaja no tienen un modelo efectivo de estudio. “Lo que terminan haciendo habitualmente es confiar en lo que recuerdan de lo que escucharon en clase, o revisar sus notas”, dice. Él los ayuda a probar otros métodos más dinámicos que les permitan tener un mayor dominio sobre el material.

Mejores estrategias de estudio

Conocer el formato del examen. “Imagina que haces el SAT (siglas en inglés para Scholastic Aptitude Test) pero sin haber hecho nunca la preparación para el SAT. Eso es lo que les pasa a los niños todo el tiempo”, dice el Dr. Cruger. “Estudiaron el contenido pero no tenían idea del formato, por eso no se sienten preparados”. Así que sería recomendable que los niños averigüen qué formato tendrá el examen. ¿Será de opción múltiple? ¿Verdadero o falso? ¿Ensayo? ¿Una combinación de varios formatos? El simple hecho de conocer el formato los ayudará a sentirse más preparados y evitará el impacto que podrían sentir al recibir el examen. Además, si es posible, también es aconsejable que realicen algunas pruebas de práctica.

Reorganizar el material. Intenten pensar cuáles han sido las ideas principales que se han estado trabajando en la clase. Resuman los grandes eventos y temas, piensen en las temáticas que los unen. Esta forma de estudiar es más dinámica y ayuda a los niños a pensar en lo que han aprendido de una forma diferente a como se les presentó, lo que les dará una mayor comprensión al respecto. Y mientras mejor entiendan un tema, más difícil será que se sientan desconcertados.

Anticipar las posibles preguntas. Predecir y responder las preguntas con antelación ayuda a los niños a dominar mejor el material y a sentirse más seguros. Pero procuren pensar con flexibilidad. “Queremos que nuestros exámenes impliquen que las personas resuelvan problemas, aunque a menudo no de la manera en que les enseñamos a hacerlo”, advierte el Dr. Cruger. Así que si saben que en el examen vendrán algunas preguntas tipo ensayo, traten de predecir cuáles podrían ser los temas y practiquen escribiendo su respuesta con anticipación. Si saben que habrá problemas de matemáticas, piensen en cómo lo que han aprendido en clase podría traducirse en un problema de matemáticas. Consulten los problemas que ya han sido planteados en las tareas.

Durante el examen

Incluso después de haber hecho todo lo posible para estar preparados, conviene disponer de algunas estrategias para enfrentar el examen y evitar cualquier sensación de ansiedad que pueda surgir en el momento.

Tener un plan: El Dr. Schuster dice que los niños que aprenden y usan estrategias básicas para hacer exámenes tienden a sentirse más seguros. Por ejemplo, él recomienda:

  • No dedicar mucho tiempo a una sola pregunta.
  • Si es un examen de opción múltiple, leer cada respuesta y luego eliminar aquellas opciones que se sabe que no son correctas para reducir la lista.
  • Elegir una respuesta y mantenerse firme: todos tenemos la tendencia a cuestionarnos a nosotros mismos y eso puede llevarnos a perder el tiempo y a dar respuestas erróneas.

Cortar por lo sano con ciertas cosas: Cuando empieces a sentir pánico, busca una manera de cambiar tu foco de atención. El Dr. Cruger dice que, por ejemplo, si en un examen él ve una pregunta que verdaderamente lo desconcierta (ese tipo de pregunta que te hace pensar: “¡¿Esto en qué idioma está escrito?!”), lo que hace es pasarse a la última página y responder primero la última pregunta. “De alguna manera, romper la rutina puede ser útil para lograr ciertas cosas”, dice. “Otras personas me han dicho que también hacen esto”.

Practicar técnicas para calmarse: A los niños les gusta algunas veces traer cosas a los exámenes, como piedras para la ansiedad, que pueden usar casi como una pelota para el estrés. Practicar la respiración profunda y utilizar técnicas de atención plena también puede ser muy efectivo.

Aceptar cuando no se sabe algo: A veces la mejor manera de manejar la ansiedad es aceptar que no sabes la respuesta a una pregunta y seguir adelante. Si sientes que el examen fue injusto y no te dio la oportunidad de demostrar tus conocimientos, podrías hablar con el maestro más tarde.

Adaptaciones: Algunos niños que realmente tienen problemas severos de ansiedad ante los exámenes también podrían ser elegibles para obtener adaptaciones durante los exámenes. Por ejemplo, algunos niños puede que necesiten levantarse y tomar un descanso durante un examen, en caso de que estén empezando a entrar en pánico y requieran calmarse. A veces los niños obtienen tiempo adicional porque no están trabajando a una velocidad óptima, ya que experimentan cierto pánico durante el examen. Es posible que algunos niños incluso puedan ser elegibles para obtener una versión modificada del examen.

Buscar el éxito

A veces puede ser difícil convencer a los niños de que empiecen a usar nuevas estrategias para estudiar o para presentar exámenes. “Siempre que se trata de probar algo nuevo o diferente hay que hacer la labor de convencer a los niños”, advierte el Dr. Cruger. Esto puede ser frustrante para padres y maestros, que solo quieren ayudar, pero el Dr. Cruger apunta que “todo el tiempo adultos bien intencionados están pidiéndoles a los niños que aprendan muchas cosas”.

Si no entienden la razón de ser de un nuevo método de estudio, probablemente no lo adoptarán, de manera que los padres y los profesionales que trabajan con los niños deben ser explícitos sobre cómo puede ayudarlos una determinada técnica nueva.

Cuando los niños empiezan a sentir que han estudiado bien y conocen el material, y que tienen estrategias a las que recurrir en caso de que las necesiten, sus actitudes se transforman. Y tener la actitud correcta es lo importante. “Creo que la mejor mentalidad para tomar un examen sería algo como: ‘Soy un monstruo, voy a acabar con este examen. No hay modo de que me engañen o de que algo salga mal’”, dice el Dr. Cruger.

 

  • https://childmind.org/article/consejos-para-superar-la-ansiedad-ante-los-examenes/?fbclid=IwAR3YoCB7rk9oBbYNcNnC-vV28zZxBnHUV5h_XZVcmE0dxtjpiwAwEY__s7E

¿Cómo trabajar mi insomnio desde el Mindfulness?

En estos tiempos tan convulsos que nos ha tocado vivir es fácil experimentar dificultades en el sueño. El sistema de amenaza se activa en nosotros, y esto tiene efectos en todas las actividades de nuestro día a día.

Por ello, te voy a proponer lo que creo que puede ser una aplicación de las siete actitudes de Mindfulness (o Atención Plena) al campo del sueño.

Las actitudes de la Atención Plena aplicadas a los problemas de insomnio

Estas actitudes son las que guían el trabajo en terapia y que tienen un alcance extraordinario ante las dificultades para dormir bien.

1. No juzgar

Frente a la tendencia natural de etiquetar de manera automática todo lo que nos sucede en la vida en términos de agradable-desagradable-neutro, la propuesta del Mindfulness consiste en acercarnos a la realidad tal y como es, procurando no etiquetar tan a menudo como hacemos.

Así, a la hora de dormir, podemos estar atentos a lo que sucede sin que desde el comienzo ya “sepamos” que vamos a tener una noche complicada. Dar un paso hacia atrás y observar cómo nos encontramos sin juzgar puede encaminarnos hacia la transformación metacognitiva.

2. Paciencia

En general los cambios no suelen venir de forma rápida, tanto las personas como los procesos tienen un ritmo más lento del que nos gustaría… Suele ser muy interesante estar atentos a ver si la impaciencia viene a visitarnos, suele ser una compañía que genera bastante inquietud. Como decía Vaclav Havel, de nada sirve tirar de un árbol en desarrollo hacia arriba para que crezca más rápido. La paciencia reduce la ansiedad y nos acerca más al sueño.

3. Mente de principiante

¿Qué pasaría si nos acostáramos prestando atención a las distintas sensaciones como si fuera la primera vez que lo hiciéramos? Hay prácticas del Mindfulness que nos proponen que prestemos atención a las sensaciones producidas al ponernos el pijama, a las sensaciones físicas al introducirnos en la cama tales como la temperatura, el tacto de las sábanas, los sonidos…

Centrarse en estos aspectos pueden lograr que no vayamos predispuestos a la “pelea” de todas las noches con la cama. ¡Hay personas que la ven como un “campo de batalla”!

4. Confianza

Cuando las dificultades de sueño se presentan desde hace tiempo o cuando llevamos una temporada larga sin dormir, es frecuente creer que “tengo algo roto en mi cerebro”. La propuesta de la terapia basada en Mindfulness consiste en volver a confiar en mi sistema de regulación de sueño, y aumentar el conocimiento de la fisiología del sueño.

5. No esforzarse

Cuando has visto las 2:00 en el despertador y luego las 3:00 y posteriormente las 4:00, es poco probable que tengas pensamientos positivos. El pensamiento más habitual que se suele tener es “tengo que dormir, TENGO QUE DORMIR”, y esto en realidad lo complica aún más.

La idea que suele calar es que el sueño es algo que debe surgir de manera espontánea y nuestro propósito debe ser procurar generar las condiciones para que esto suceda. Así, inducir estados de calma, de concentración, de Atención Plena es el camino más eficaz para que el tímido Morfeo se aparezca y no salga corriendo.

6. Aceptación

En este ámbito la palabra aceptación tiene un alcance brutal. El hecho de no aceptar nuestro ritmo de sueño nos lleva a estar insatisfechos, y a que el insomnio sea un problema de 24 horas.

Te propongo dos situaciones para que pienses distintas consecuencias: ¿y si solo durmieras 4 horas pero creyeras que has dormido 8? ¿Estarías de mejor humor durante el día?

Otra situación, denominada insomnio paradójico: y si hubieras dormido 7 horas pero creyeras que has estado gran parte de la noche despierto… ¿Cómo afrontarías el día?

El estar disconformes con lo que ha sucedido (sea verdad o no) nos lleva a estar atascados y molestos. Es importante que aceptar no significa darse por vencidos, se parece más a saber que los esfuerzos por controlar el sueño generalmente no funcionan y por lo tanto tomar decisiones congruentes.

7. Dejar ir

En esta última actitud tú puedes decidir que podrías dejar ir. Te hago estas propuestas: las ideas preconcebidas sobre el sueño, los agobios, las expectativas, pensar que llegará el día que durmamos 8 horas seguidas, las preocupaciones relacionadas con el dormir… y muchas otras!

Concluyendo…

Me imagino tu escepticismo al leer estas actitudes; pueden sonar como lejanas, pero en las personas que han iniciado un proceso de cambio cada vez son más reales. En el trabajo terapéutico combinamos técnicas conductuales para la mejora de hábitos del sueño, con un trabajo de Atención Plena y de meditación, y estas actitudes son como faros que orientan gran parte del trabajo. Si tienes problemas de sueño, ¡estaremos encantados en ayudarte! También de manera online.

  • https://psicologiaymente.com/meditacion/actitudes-mindfulness-insomnio?fbclid=IwAR2FgTO1YIGjVkEW7KIj229zNGdD57kaz3lnrVSbrdY20_08W4nNa0COhdQ

Taller vivencial: Amarme con los ojos abiertos: Técnicas para sanar mi autoestima.

¿Sientes que nunca es suficiente o no eres suficiente?
¿Te ves en el espejo y no te gusta lo que ves?
¿Cómo es el amor sano? ¿Te autosaboteas y al final no logras lo que esperas?
¿Te cuesta trabajo confiar en ti y en las otras personas?
¿Llevas cargando etiquetas que te limitan?
¿Crees que las cosas no van a tu favor?
¿Sientes que tu entorno no te valora como lo mereces?

Te has hecho estas preguntas y te pones en duda contigo mismo.
Las palabras que nos decimos, nos las creemos, nos hieren y terminan determinándonos.
¿Cuál es tu verdadero valor?

Te invitamos a nuestro taller vivencial:
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Imparte Psic. Meli Villalobos.

Webinar gratuito: La importancia de la felicidad: falsa felicidad vs. verdadera felicidad.

¿Qué es realmente la felicidad? ¿Cuál es tu concepto de felicidad? ¿Qué haces para darte ese momento de alegría y calma? ¿Qué tan feliz te has sentido últimamente?

Todos tenemos un concepto o definición de lo que es la felicidad, nos explican que solamente hay algún tipo de felicidad que es alcanzando las misma de todos. Pero, en realidad nadie nos dice que la felicidad depende únicamente de nosotros, las decisiones que tomamos y los cuidados que tenemos.
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Jueves 11 de marzo.
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Abordaremos conceptos como:

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La ansiedad social como consecuencia de la pandemia.

Ella puso a todos sus amigos en cajas: sus amigos de la escuela eran solo para la escuela, los amigos de gimnasia eran para el gimnasio y nunca invitaba a la gente a casa. Pero ahora no tiene amigos a los que llamar y está desesperada por hablar con cualquiera.

Se niega a chatear por video porque no sabe de qué hablar y “no es lo mismo”.

¿Esto le suena familiar? Si su hijo ya tenía problemas con la ansiedad social antes de que empezara el distanciamiento social, es probable que hayan empeorado. Usted quiere ayudar, pero se encuentra en territorio desconocido y es difícil saber cómo hacerlo.

 

En primer lugar, su hijo tiene razón: no es lo mismo. Para los niños más pequeños, es difícil jugar a través de una pantalla. Para los mayores (¡y los adultos!), es todo un reto hacer contacto visual y leer señales sociales a través de un chat de video. Solo puede ver la cabeza y los hombros, e incluso las expresiones faciales pueden ser difíciles de leer, especialmente si la otra persona se mueve y reacciona a las cosas que suceden en su espacio.

 

Pero cuanto más practique este tipo de socialización, más fácil se vuelve, señala Janine Domingues, PhD, psicóloga clínica del Child Mind Institute. “Está bien sentirse incómodo al principio y superar esa barrera”, dice la Dra. Domingues. “Al principio, lo que estamos haciendo es ayudar a los niños a sentirse cómodos con sentirse incómodos”.

Dependiendo de lo que sea manejable para usted y su familia, puede experimentar con algunas de las siguientes estrategias para ayudar a su hijo a adaptarse a estas nuevas normas sociales.

 

Comience la conversación

Suena simple, pero si su hijo evita conectarse con amigos, pregunte por qué. Pueden sentirse abrumados por la cantidad de llamadas a la escuela, sentirse incómodos con el formato, no saber qué decir o preocuparse por lo que otros puedan pensar. Cualquiera que sea la razón, no discuta. En vez de eso, muestre empatía y hable sobre lo que es diferente o lo que les molesta. El simple hecho de entender el titubeo de su hijo puede revelar algunas soluciones simples: si lo que le disgusta son las videollamadas, tal vez una llamada telefónica funcionaría mejor.

 

Si su hijo se resiste a compartir, dígale por qué las conexiones sociales son importantes. Asegúrese de estimularlo a conectarse con al menos una persona y dele ejemplos de cómo sus propias conexiones sociales le han ayudado.

 

Aún así, es importante respetar sus límites y mostrarle a su hijo que usted está de su lado. “Pídales que lo prueben, pero proporcione una manera de cómo salirse”, sugiere Cindy Graham, PhD, psicóloga clínica en Maryland. “Por ejemplo, después de unos minutos, fingirá que es hora de almorzar para que tengan una excusa para colgar el teléfono si no va bien. Pero si va bien, ellos pueden decir que no tienen hambre”.

 

Poco a poco avance a las videollamadas y a la comunicación en tiempo real

Si las videollamadas parecen demasiado desalentadoras, no intervenga. En vez de eso, comience con el correo electrónico, los mensajes de texto o incluso escribiendo cartas. “A menudo, su miedo se interpone en el camino”, explica el Dr. Graham. “Puede encontrar una forma de evitarlo como jugando ‘Words with Friends’ en el que no tienes que estar en línea al mismo tiempo. Desarrolle las interacciones sociales de esta manera, trabajando hacia una conexión cara a cara real cuando estén listos”.

 

También puede probar Marco Polo, una nueva aplicación que le permite crear y enviar mensajes de video de un lado a otro. Puede agregar filtros, efectos de voz, dibujar o agregar texto a su video, y luego enviarlo a un amigo. Anime a su hijo a hacer uno o dos videos al día y aumente lentamente la duración o la frecuencia, avanzando hasta llegar a una videollamada.

 

Una vez que su hijo esté listo para intentar una comunicación en tiempo real, una forma útil de practicar es realizar llamadas diarias rápidas con un miembro de la familia u otra persona que ya conocen y en quien confían. “Comience con los abuelos, porque ellos generalmente tienen el tiempo y realmente quieren ver a sus nietos”, sugiere Michelle Kaplan, LCSW, una trabajadora social clínica en el Child Mind Institute. “Además, en general es más fácil para los niños adoptar un formato nuevo e incómodo con los adultos con los que tienen una relación. También puede reclutar primos mayores u otros adultos dispuestos: cuanto más practique, mejor. Una vez que su hijo se sienta cómodo hablando con adultos, puede intentarlo con un niño de su misma edad”.

 

Estas mismas pautas se aplican cuando se trata del aprendizaje a distancia. Si su hijo se siente incómodo hablando en un aula virtual, hable con su maestro y pídale que trabaje para participar en tiempo real. Pueden comenzar enviando ideas al maestro con anticipación y simplemente escuchando durante la clase, con la cámara y el micrófono apagados. Luego, pueden redactar mensajes de texto en tiempo real o hablar con la clase mientras mantienen la cámara apagada. Yendo despacio, probar diferentes estrategias y darle a su hijo suficiente tiempo para practicar puede ayudar a aliviar los desafíos de este nuevo formato.

 

Calmar la ansiedad jugando juegos

Los juegos pueden ser una gran herramienta para ayudar a su hijo a sentirse cómodo con las videollamadas, ya sea con compañeros o adultos. Les dan a todos algo específico en lo que concentrarse, ayudan a distraer a su hijo de su nerviosismo y convierten el chat en algo que se siente más como jugar que como trabajar.

 

Para los niños pequeños, pruebe los siguientes juegos, que pueden durar tan solo uno o dos minutos:

 

  • Búsqueda del tesoro: “¡Ve a buscar algo esponjoso y tráelo de vuelta!” Luego, el niño describe el objeto y le pide a la otra persona que encuentre algo.
  • Veo-Veo (I Spy): El niño muestra a la otra persona alrededor de su habitación y luego encuentra lo que la otra persona espía.
  • Qué Prefieres: ¿Ser un astronauta o un jugador de baloncesto? ¿Esquiar o nadar? ¿Aprender francés o chino? Planifique con anticipación para que su hijo también pueda hacer preguntas, sin ser puestos en evidencia.
  • Caras y filtros divertidos: Exprese cómo se siente, demuestre lo que estás pensando o responda preguntas a través de filtros y efectos.
  • Para los niños mayores, los juegos interactivos ayudarán a su hijo a practicar turnos, resolución de problemas, trabajo en pareja y conversaciones espontáneas.

Si ambas personas tienen el mismo juego en casa. Un jugador mueve las piezas en el tablero mientras que el otro tira los dados o recoge las cartas.

Si una persona tiene el juego. Puede jugar juegos como Boggle con un solo propietario del juego. Sacudirán el bote con las palabras, tomarán una foto y se la enviarán al otro jugador.

Si ambas personas tienen dos dispositivos. Pueden jugar juegos como UNO!, Monopoly o Settlers of Catan en línea con un dispositivo mientras se conecta por video en el otro.

Sea creativo. No necesita un tablero o piezas: nuestras casas están llenas de elementos útiles que pueden cumplir una doble función como juego y una oportunidad para ayudar a su hijo a mejorar sus habilidades de asociación. Por ejemplo, con solo papel y un bolígrafo, su hijo puede dibujar un tablero de tres en raya y el otro jugador puede decirles dónde escribir la X u O.

Avance hasta lograr citas para jugar y videollamadas

Una vez que su hijo se sienta cómodo, una cita para jugar en tiempo real es quizás la mejor manera de ayudarlo a disfrutar de la interacción con sus compañeros desde casa. Si su hijo no estaba interesado en las citas para jugar antes, deberá ayudarlo a hacer conexiones ahora. Kaplan recomienda preguntarles a quién extrañan más o si pueden pensar en algún niño con intereses similares. Comuníquese con los padres a través del directorio de su escuela o su instructor de actividades extracurriculares. Prepare a su hijo para el éxito diciéndole a los padres que a su hijo le gustaría jugar un juego con ellos y cuánto tiempo espera que dure la llamada.

 

Si su hijo era muy rígido y no interactuaba con otros niños fuera de los lugares donde “pertenecían” (si a su hija solo le gustaba ver amigos de fútbol en la práctica, por ejemplo), trabaje con la rigidez de su hijo creando un horario . Los lunes, habla con un amigo de la escuela, los miércoles con un amigo del karate y un primo los viernes. Mantener las cosas estructuradas y predecibles puede aliviar la ansiedad y brindarle a su hijo eventos que esperar.

 

Para los niños mayores, los chats grupales y las actividades virtuales como Netflix Party o Houseparty también son herramientas importantes para socializar en este momento. Y, según Kaplan, esto no desaparecerá después de que termine la cuarentena. Para preparar a su hijo, discuta cómo unirse a una conversación grupal creando diferentes escenarios. Si su hijo ha sido un participante mayormente silencioso en chats grupales o actividades, pueden revisar su conversación juntos y discutir dónde podrían participar y qué podrían decir.

 

Recuerde tener paciencia

En este momento, su capacidad para guiar a su hijo puede ser limitada, ¡y eso está bien! Haga lo que tenga sentido para usted y su familia durante estos tiempos estresantes. Recuerde que su apoyo es valioso y que incluso los pequeños éxitos son significativos. Sea paciente con su hijo, esto también es difícil para ellos. Siempre priorice mantener una relación positiva y sepa que cualquier esfuerzo que haga beneficiará a su hijo, incluso cuando el distanciamiento social sea cosa del pasado.

 

  • Encontrado en: https://childmind.org/article/lidiar-con-la-ansiedad-social-durante-el-distanciamiento-social/?fbclid=IwAR3HpcSsrgyraiMdyUT48XSdVxQxv3cfqn8cqQrIfnkW278j_FybbR4TlPE